sábado, 29 de noviembre de 2014

domingo, 16 de noviembre de 2014

Entrevista a Oscar Perlado

Hoy domingo, nuestro autor, Oscar Perlado, fue entrevistado a propósito de su libro "Cárcel de palabras" por Enrique Saravia en el programa Educación y Democracia (RBC, Canal 11). El libro pueden encontrarlo en Librería El VirreySelecta LibreriaLibreria 




domingo, 26 de octubre de 2014

Reseña de "El hombre de la gabardina"

Marcos Yauri Montero
El hombre de la Gabardina.

Una de las características temáticas que presenta la novela, desde su aparición en el siglo XVI, es el contraste y la confrontación entre personajes que pertenecen a épocas diferentes. Se trata de la disputa entre quienes afirman y defienden la tradición y quienes pretenden y sienten la necesidad de imponer un nuevo orden. Donde quiera que se mire, en el campo de la novela ha de encontrarse, con diversas variantes, la misma estructura temática. El hombre de la gabardina, la novela de Marcos Yauri, también la registra.

En el marco especial de la ciudad de Huaraz, el personaje principal, que es reconocido como el "Forastero", encuentra que su terruño ha cambiado radicalmente después de muchos años de ausencia. Un nuevo mundo ha surgido. Nuevas edificaciones han sido levantadas sobre lo que fue la vieja ciudad destruida en el terremoto de 1970. Se desenvuelve un movimiento agitado, nutrido y agresivo de gentes y vehículos, que contrasta con el ritmo quieto y cordial que el "Forastero" evoca de la antigua cuidad. Hay manifestaciones de una situación política y social que parecen anunciar una próxima catástrofe. La ciudad se halla resguardada por el ejército, frente a la amenaza de un ataque terrorista. Se observa en las calles expresiones de la crisis económica que asola al país.

Este panorama aparece como la configuración del motivo de la inversión del mundo o del pachacuti, que marca el tránsito de una época a otra en la concepción andina del mundo. Pero también aparece como la configuración del motivo de la irrupción de la modernidad que disuelve los valores tradicionales de la vida provinciana, comunal, cordial y aún cortés, que aparece en la literatura europea de principios del siglo XIX, para instaurar valores individuales, egoístas.

En 'El hombre de la gabardina', se desarrolla asimismo el motivo de la pérdida de la ilustración, de la pérdida del culto al libro. Con los cambios la vieja ciudad ilustrada, culta amante de los libros y la música académica, así como también conectada y sostenida por el bagaje de las canciones, narraciones y rituales de los ancestros quechuas, ha devenido otra ciudad, mercantil, iletrada.

La nueva ciudad aparece bajo las manifestaciones de lo extraño, de lo ajeno. El retorno del personaje principal al mundo familiar, de la infancia y la juventud que debía haber significado el reencuentro eufórico con lo propio, después de haber permanecido alejado en lugares en los que se ha sentido desterrado, se presenta en cambio como la desagradable y chocante experiencia con un mundo extraño.

Se trata de una experiencia inquietante y horrorosa, que entraña la transformación de algo que el sujeto consideraba como lo más suyo, como lo más precioso de sí, en una cosa, literalmente hablando, desagradable y hostil, que se resiste a integrar y a aceptar.

El personaje principal de la novela tiene la condición de un sujeto efectivamente desterrado que, al regresar a la tierra natal, se percibe en una situación de destierro aun más radical: la de ser un extranjero en su propio terruño. 

Y desarrolla un discurso nostálgico y evocador del pasado cuyos ejes son la familia y la antigua ciudad. En una primera aproximación, se puede decir que el recorrido narrativo de rememoración busca compensar el malestar causado por la pérdida de la ciudad amada.

Uno encuentra que ese recorrido tiene como propósito recuperar el bien arrebatado. De esta manera 'El hombre de la gabardina' se presenta a la vez como el testimonio del desarraigo que se sufre en el propio terruño y el dolor de la pérdida de la tierra natal, así como el relato de su recuperación vía evocación.

Los motivos a los que hemos aludido son recurrentes en el campo de la novela, pero en la de Yauri adquieren una disposición distinta. Uno de los temas de la novela moderna, por ejemplo, es el desplazamiento de personajes pertenecientes a la provincia o próximos -al mundo rural hacia la ciudad, de la periferia al centro, al cual hallan despersonalizado y confuso. En la novela de Marcos Yauri se desarrolla un recorrido inverso. El personaje principal se transporta del centro urbano, donde vive una experiencia de desarraigo, a la periferia, a la provincia a la cual encuentra despersonalizada caótica.

También se repite de una manera distinta el tema del narrador que explora un mundo extraño y desconocido. El rasgo que en este aspecto marca la diferencia es el hecho que el nuevo mundo desconocido y extraño ha sido antes conocido y familiar.

En la novela de aventuras del siglo XIX se asocia la noción de civilización con el mundo urbano y el progreso, en 'El hombre de la gabardina' se vincula a ese universo con la noción de barbarie.

Pero en este último aspecto no habría que considerar la novela de Marcos Yauri como una novela regresiva, que postula un retorno al pasado. Está implícito que el pasado no retorna y que el tiempo transcurre de manera irreversible. Se rechaza el orden establecido en el presente, pero se acepta que es inevitable, a la vez que se señala que también llegará el momento en que deje lugar a una nueva disposición del mundo.

Santiago López Maguiña

domingo, 12 de octubre de 2014

En Somos de El Comercio

Esta vez queremos agradecer a la revista Somos del diario El Comercio por la mención como
"EL DESTACADO DE LA SEMANA" del 27 de setiembre por el libro "Retorno a la creatura" de Pablo Guevara.


miércoles, 1 de octubre de 2014

domingo, 28 de septiembre de 2014

En Lee por gusto!

Los amigos de Lee por gusto anuncian la aparición de los poemarios "Retorno a la creatura" de Pablo Guevara y "Cárcel de palabras" de Oscar Perlado.
Aquí el respectivo link.


En Buensalvaje 13!


Queremos agradecer a los amigos de Buensalvaje por la reseña al libro "Retorno a la creatura" de Pablo Guevara y por la mención del poemario "Cárcel de palabras" de Oscar Perlado.
Les dejamos aquí el link para los interesados en leer la reseña

jueves, 18 de septiembre de 2014

[Libro] "El venado encarcelado" de Hernán Fonseca del Castillo (2014)

¿Existe algún mensaje dentro de la naturaleza que nos advierte la existencia del mal? ¿Cuánta verdad encierran los mitos clásicos que se repiten una y otra vez de generación en generación? 
Los personajes de estos 7 relatos son hombres comunes que un día, no se sabe cómo ni por qué, son tocados por esa aureola inexplicable que tiñe sus vidas con un designio trágico: la vil fatalidad. 
Sucesos fantásticos y reales se posarán en su cotidiana existencia para marcarlos, herirlos, fragmentarlos y, a cambio del sufrimiento y el dolor que le ocasionarán, será el conocimiento de la «gran» verdad, el verdadero y único pago capaz de reparar cualquier daño. 
Es interesante observar la manera cómo en este libro la mitología nos lleva más allá de la sorpresa y el asombro, poniéndonos en un lugar expectante. El mito aquí no es el centro de los relatos, es apenas el Lei Motiv que desencadenará nuevas reflexiones. Cada cuento, por ejemplo, se podría leer como el síntoma que hace visible el malestar de nuestra actual sociedad. 
Seres posesos, almas diabólicas que ríen y se pierden entre los cerros, boas con miradas infernales son el repertorio que ilumina el reciente libro de Fonseca que retoma la fuerza y la decisión con la que escribió sus otros libros, con la única diferencia que en esta oportunidad viene decidido a dejarlo todo sobre el papel. Para ello, el autor se adentró a la realidad de la selva, quizá para decirnos indirectamente que el mapa no es el territorio, sino que hay que ir al territorio y rehacer el mapa.

martes, 16 de septiembre de 2014

[Libro] "Cárcel de palabras" de Oscar Perlado (2014)

En Oscar Perlado o "Chico Perla", como alguna vez lo nombré, existe la ilusión de convertir una piedra en nube, hay una extraña y tierna alquimia con las palabras, que parecen transeúntes o "seres que se parecen a las palabras". Una visión de darle nombre a cada cosa como si fuera nueva, "qué hermosa la poesía que puede tocar la rosa sin tocarla diciendo que es una mano una ballena o una mariposa" o también cambiar el significado que conocemos. De pronto, si la próxima rosa que vea no fuera un cachalote, tendré que volver al poema para poder verla. “las cosas están hechas de piedras y no las piedras de cosas”, podría ser el haiku en medio de la espesura, con este verso podría empezar la escuela de filosofía de las piedras y las cosas. Menos es más. Y es precisamente bajo ese concepto que el título del libro le da orden a las palabras que parecen soltadas en el papel por azar. Las palabras se van ordenando al leerlas, pero uno puede leerlas al revés o en el orden que se le antoje. Por ejemplo: “la felicidad es el momento infinito…” y “el recuerdo nos quedó como un dulce interminable que cupo en nuestro bolsillo a pesar de no caber”, podría ser también, “la felicidad cupo en nuestro bolsillo a pesar de no caber” o “la felicidad interminable es el momento que nos quedó” y así hasta filtrar la poesía y volverla poema vivo que camine y nos tome de la mano (Daniel Maguiña)


lunes, 15 de septiembre de 2014

[Libro] "El hombre de la gabardina" de Marco Yauri Montero (2014)

"El hombre de la gabardina es una novela que llama la atención por su atmósfera cargada de nostalgia y de evocación, además de su apreciable lirismo en su lenguaje. Se trata de una muy buena muestra del amplio universo novelístico de un magnífico narrador como lo es Marcos Yauri Montero. En el ambiente atrozmente renovado de la ciudad de Huaraz, Forastero o simplemente “el hombre de la gabardina” encuentra a la hermosa ciudad de sus recuerdos cambiada totalmente. La apacible quietud de sus años juveniles no se halla por ningún lugar. El mundo en cuya captura ha llegado ya no existe. Demasiado tiempo ha transcurrido que un mundo nuevo lleno de estridencia, epidérmico y posmoderno, ávido en la aplicación de los preceptos implícitos del capitalismo de alta intensidad se ha instalado en los escombros de la antigua ciudad arrasada por el terremoto del 70. Pero lo que inflama y corroe, no sólo al personaje sino también al lector, es que Forastero es un personaje despojado de su identidad, por el desarraigo. Retorna a la antigua ciudad con la esperanza de recuperarla. El proyecto fracasa y él se ve convertido en un extranjero en su propia patria, como el personaje cuya voz quejosa emerge de uno de los grandes poemas de Francois de Villón. Lo extraño, lo frívolo, lo frágil, lo aparente, lo ajeno y el analfabetismo funcional campean por doquier. Ni siquiera el encuentro con viejos familiares, padre, hermanas, sobrinas, pueden aplacar el horror de lo real que asoma de la comarca perdida"

Cordialmente invitad@s

Amig@s, queremos invitarlos a la presentación de Cárcel de palabras de Oscar Perlado


domingo, 10 de agosto de 2014

"Cárcel de palabras" de Oscar Perlado


"Retorno a la creatura" de Pablo Guevara


La vida era la poesía

Enseñar es uno de los privilegios que he aprendido a querer en esta vida, uno de esos privilegios que he compartido paralelamente con mi otra pasión que es la literatura en todas sus formas.
En mi labor diaria converso con entusiastas muchachos que se me acercan al finalizar las clases, entusiasmados por conocer de algún autor en particular o por quizá, extender en algún recreo esa clase que les llamó la atención. Tengo que confesar que me agrada enormemente que les agrade lo que les cuento, me agrada aún más enseñarles a querer algo que para mí fue tan fácil de tomar como propio y luego de mucho esfuerzo, dedicación y constante perseverancia tratar de hacerlo mío (digo tratar porque la literatura es algo totalmente inasible). Trato de seguir cuando enseño lo que el maestro Luis Jaime Cisneros una vez respondió en una conferencia cuando le preguntaron cómo sabía él que sus alumnos aprendían ante lo que contestó, porque sonríen. Eso, creo, he tratado de hacer yo, hacer que sonrían y aprendan lo que para mí es tan apasionante.
Desde la primera vez que entré a un aula, hace ya mucho tiempo atrás, tuve la consigna de hablarles un poco más de literatura; con ellos, con mis alumnos, he compartido mi bibliomanía y mi bibliofilia. Y es que considero que más allá de enseñar literatura, lo mío pasa por enseñar la pasión que siento por ella que son dos cosas totalmente diferentes. Ellos, mis alumnos, que hoy han venido de todos lados junto a sus padres o entre amigos de collera saben lo que les digo. En parte si hoy estoy aquí sentado es por ellos. Cuando tenía su edad me preguntaba si la literatura era solo aquello que nos enseñan en los libros y por supuesto que las preguntas que surgieron en aquellas épocas hicieron que vaya yo con el tiempo a buscar sus respectivas respuestas. La literatura que se enseña en las escuelas no representa ni la mitad de lo que es en realidad.
Cuando crecí estudié literatura, al terminar creé la editorial Vivirsinenterarse como una editorial que tenía por objetivo primordial llegar a todas aquellas personas que viven el día a día y dejan pasar las cosas más esenciales a sus vidas, es cierto aquella frase entonces de Exupery, esa que dice que no se ve sino con el corazón porque lo esencial es invisible a los ojos. Entonces para redondear la idea de lo que es enseñar para mí, la respuesta sería que lo mío es enseñar a ver lo esencial con el corazón.
Quizá ahora que se presenta Retorno a la creatura de Pablo Guevara es inevitable no relacionar el por qué editar un libro de poesía en estas épocas. Es ese punto es en donde se articulan mis dos oficios, el de maestro y el de editor, porque ser editor me ha servido para saber de qué gustan los adolescentes y ello me ha llevado a editar libros pensando como ellos. El año pasado presentamos por ejemplo, aquí también, el libro acerca del Palais Concert y hace menos de un mes atrás, hemos editado un libro que habla de la selva y de sus historias fantásticas.
*
Enseñando llegué a Guevara. Un día me tocaba hablar de algún tema ligado al lenguaje, pero como mi formación proviene de la literatura y yo dicto lenguaje con entusiasmo porque creo que la literatura se construye con el mejor uso del lenguaje decidí relacionar algún tema del curso con un bimestre completo de poesía. Recuerdo que cuando entré a clases y dije que tenía que hablar de poesía sus caras fueron de extrañeza, más aún lo fueron cuando agregué la palabra peruana, la cosa ahí, digamos, se puso densa. Mi intención era saber cuánto sabían mis alumnos más allá de autores como Vargas Llosa, Vallejo o Valdelomar. Cuando empecé hablando de la Generación del 50, la conclusión fue una sola, sabían más de narradores del 50 que de poetas. Entonces me hice la pregunta, ¿por qué se lee más narrativa que poesía en las escuelas? La respuesta era compleja. Lo cierto es que hay una idea un poco arbitraria en considerar más a la narrativa que a la poesía como forma literaria única de enseñanza.
A mi parecer es importante leer poesía en las escuelas y no solo leerla, sino enseñarla porque la poesía es delicada y exige un cuidado especial. No pasa porque sea difícil (que es lo que usualmente dicen los no saben de poesía), sino en saber enseñarla. Díganme acaso quien nunca escribió un poema o recibió una carta con un alto contenido poético y suspiró y pensó que el mundo podía ser perfecto viviendo en poesía.
Es importante que nuestros jóvenes lean poesía y no lo digo porque ahora se edita Retorno a la creatura sino porque creo que es la poesía la herramienta que puede sensibilizar a un mundo violento y desquiciado. Mucho se habla de sensibilidad y es curioso que no se introduzca a la poesía como parte formativa de sensibilidad en la currícula escolar donde nos enseñan de batallas que nunca ganamos o de héroes que nunca lo fueron.
Hoy en día necesitamos maestros que enseñen la importancia de la sensibilidad a través de la poesía porque de lo contrario la violencia de las calles terminará por tomarlo todo. Para ello entonces necesitamos personas lo suficientemente capaces de conmoverse ante la vida. Los alumnos de estos tiempos necesitan conmoverse, necesitan decirle no al tráfico y venta de animales, no a las corridas de toros, no a los gobernantes corruptos. Cómo lograr que se expresen y se indignen sino es a través de la literatura, cómo lograr que se conmuevan con la humanidad si no empiezan conmoviéndose con sus propios sentimientos. La poesía es esa herramienta que puede hacer que una persona se conozca a profundidad, y es vital porque cuando tienes catorce o quince años te ilusionas de la chica que se sienta al otro lado del aula y le escribes una carta y entonces te das cuenta que para mostrarle tus sentimientos tienes que escribirle cosas bonitas y esas cosas bonitas que dicen los adolescentes es la poesía, entonces ellos dicen cómo escribir cosas bonitas si no leo nada. Entonces se me acercan y conversando lo primero que aprende aquel alumno es que lo han estafado. Mucho sabe de matemática y otros cursos y poco o nada sabe de literatura. Les recomiendo cosas para que se animen a entrar a la poesía sin que esta los expectore, sino que los invite a seguir curioseando, podría decirle lee a Pound o Eliot, pero pisemos tierra, vivimos en un país donde lo más vendido en nuestra Feria son los libros de Gisela, Wendy Sulca y la “Tigresa del Oriente”, tranquilidad y bajemos las revoluciones, que lean cosas que sin tener tanto vuelo seudointelectualoide tenga belleza. Lo cierto, lo palpable (alguien que nunca enseñó a adolescentes jamás sabrá esto) es que ellos lo encuentran fabuloso y es su amor o su edad o su locura o qué se yo, pero te dicen cosas alucinantes como que todo el mundo debería leer poesía. Una alumna alguna vez me dijo que si el mundo estaba así de mal era porque vemos violencia por todos lados y lo que se frecuenta mucho se imita, imagínese, profesor, me dijo, qué pasaría si todos conocieran a Antonio Cisneros. Yo me quedé callado. Había convertido a mi alumna en todo lo que aspira tener un maestro, un ejército de cruzados dispuestos a cambiar el mundo por ellos y para ellos.
Un libro de poesía no solo tiene esa famosa voz que todos asociamos al amor, en el fondo, la poesía es la vida misma y tiene todos los matices de los que están compuestos los sentimientos de las personas. En Retorno a la creatura, por ejemplo, es inevitable después de leer cada uno de sus poemas, empezar a relacionarlo con los sentimientos que pueblan nuestro mundo, para que se animen a obtener y leer el libro, cuando uno lee el poema Los que murieron es inevitable no pensar en lo que sucede entre Palestina e Israel actualmente, el poema dice en alguna parte “Todavía se desangran/ los cielos todavía se desangran” o aquellos versos que dicen “solo el dolor sobre la tierra. Las ráfagas de luz no son bastantes. Solo el dolor se escucha y no sabemos cuándo destruiremos su reinado”. Al parecer las personas no han advertido estas llamadas de atención que nos hace la poesía a través de su lenguaje. Otro de los sentimientos es el de la impotencia de ver cómo nuestra paz se ve atacada por trillados asuntos, Guevara en uno de sus poemas dice “La violencia era ignorada bajo el sol de la ofertas”.
La poesía también es amor, no ese sentimiento acaso con el que el hombre nace, entonces, por qué alejarlo en lugar de acercarlo. En un poema que le leía a mi novia ayer decía “No importe el halcón en el techo devastado/ ni el rostro sombrío del odio tras el vidrio, si son tus ojos mi luminosa angustia, tus labios, la única verdad de cada día, en todo corazón inexplorado las ternuras de tu continuo amor sobre mis tierras”
También y para terminar este libro Retorno a la creatura nos deja mensajes de aliento para seguir adelante como seres humanos, en un poema se lee “no tengo tiempo para arrepentirme/ caminaré hasta sobrevivir los años”
Pablo cuando escribe Retorno a la creatura tiene 27 años, es un poeta que entremezcla sentimientos, se muestra como es, dice en otro poema de extremada ternura “Y he salido del cine con brazos infinitos y, ¿sabes? Te prefiero sobre todas las cosas”.
Retorno a la creatura ha sido editado por primera vez y estamos orgullosos de haber colaborado con un granito de arena para que todos ustedes puedan tener la oportunidad de obtener este libro que es un libro con el que, créanme, uno puede empezar a amar la poesía. Y si sucede eso ya saben lo que vendrá después.
Hay un verso con el que quiero terminar y antes de ayer releyendo el libro fue como mágico como si fuera Pablo quien me lo dijera al oído, “Aunque mi corazón es el mismo que murió ayer ha vuelto, anciano y niño a la vez, a elegir la vida.”
Y para Pablo y para mí, la vida era la poesía.

Eduardo Reyme Wendell
Director editorial

viernes, 21 de febrero de 2014

El sendero de La Convención

Lima: Vivirsinenterarse. 2013.

El sendero de La Convención del joven narrador Franklin Carbajal Lorotupa es una de las últimas novelas que se suma a la “Colección Patio Trasero” de la editorial Vivirsinenterarse.
La publicación, primera novela del autor, consta de 170 páginas y está organizada en 14 secciones donde se ha respetado criterios básicos como el recorrido físico de la aventura, el deambular anímico de personajes problemáticos y las rupturas textuales donde se hace vital conocer el punto de vista del narrador. Su principal característica es el aprovechamiento que el autor ha sabido dar al factor autobiográfico y a su saber académico, para determinar y regular el contenido general de la narración, ya que la novela resulta siendo una especie de espacio en común donde ambas experiencias dan forma a los aciertos y desaciertos de un impulso expresivo que, en este novel escritor, acentúa la relación análoga y significativa que existe entre el título de la obra y la visión final de la misma; pudiéndose afirmar, de este modo, que el sendero es la alegoría de una travesía en donde solo el conocimiento y la transformación interna nos acercará al verdadero juicio crítico de la realidad social.
 Desde esta perspectiva, la novela busca acentuar, a partir de la interrupción y la reactivación de varias situaciones, dos líneas específicas de análisis: la que desarrolla la angustia individual y generacional de los sujetos convencianos, y la que exige la reivindicación histórica, política y cultural de los Machiguengas.  
Con la primera, Carbajal Lorotupa busca describir el desconcierto y la disconformidad que tienen los personajes con su presente, su cultura y sus pocas o nulas oportunidades de liberarse de un sopor de laxitud; y nos acerca al dolor que se esconde en emociones reprimidas, en la acumulación de ilusiones maltrechas y en la valentía interrumpida de los que buscan gestionar un cambio. Luego, en concordancia con su segunda posición, propone la posibilidad de un desplazamiento geográfico como escape hacia una nueva senda; los personajes, entonces, inician el trazo de un nuevo sendero en donde las expectativas y conclusiones de las escenas accidentadas que les ha tocado vivir se van reorientando, cada uno de ellos empieza a experimentar un proceso de fragmentación insondable, que aunque aparentemente solo ha aludido al individuo los hace partícipes de un aprendizaje mayor y colectivo: al conocer, aprehender y sentir La Convención serán ellos mismos.
 Estos personajes desestimados e invisibles empiezan a preguntarse -y a preguntarnos- qué hay detrás de ese espacio geográfico y cultural llamado La Convención; cómo pueden constituirse como sujetos si, para el resto del mundo, su cultura originaria “los Machiguengas” está oculta a la sombra  comercial y mercantil de la etiqueta “ombligo del mundo”.
El narrador, muy acertadamente, traslada las añejas y siempre actuales cuestiones del convenciano, y afirma que el aprendizaje individual y colectivo no se halla en el éxodo del terruño sino, por el contrario, en la construcción de un proceso interpretativo de la sociedad de la que se es parte. Por último, las interrogantes le sirven para enunciar una única verdad que siempre se han intercalado en las peripecias de los personajes y que nosotros hemos conocido de forma tácita: lo que está sucediendo es parte de lo que se ha hecho o se ha dejado de hacer.
 Por todo esto, el lector de la obra no se sentirá defraudado al descubrir que ningún personaje puede definirse como único protagonista de este sendero y que, más bien, la aparición de Ajcón, Sandra, Niklaf y Urpi quienes se detienen a describir sus conflictos personales o de Covhent, Hex, Mhiat y el profesor Mucay quienes exaltan en medio de alguna discusión teórico-política el valor de La Convención, resuelve la interrogante final que Franklin C. ha esbozado a lo largo de su novela.
 En definitiva, aunque es común que toda primera novela sea objeto de señalizaciones, consideramos que, en lo referente a cuestiones narrativas, el texto cumple con el reto inicial que debe enfrentar cualquier joven escritor cuando decide escribir una novela, es decir, oscila entre el descubrimiento y el manejo de una propia y novedosa estrategia narrativa, y logra una fluidez sencilla de la temática propuesta. Indudablemente, El sendero de La Convención es un buen preámbulo para el futuro literario de F. Carbajal Lorotupa, un escritor que con el tiempo sabrá consolidar la relación entre esas dos instancias que lo apasionan: la sociedad y la literatura.
                                                                                                             Marilyn Milla 

miércoles, 15 de enero de 2014

I Concurso de Cuentos Salvemos el Palais Concert

Lima: Vivirsinenterarse. 2013 

Entre las diversas manifestaciones realizadas a favor de la conservación del emblemático edificio, otrora conocido como Palais Concert, se encuentra el “I Concurso de cuentos El Palais Concert y la conservación de la memoria”. La iniciativa ha dado origen a una nutrida compilación de cuentos integrada por los autores ganadores y finalistas del concurso. La propuesta e intención es clara, los cuentos ficcionalizan a partir del lugar de reuniones que haría famoso Abraham Valdelomar. El Palais Concert no es solo un leitmotiv, es también un anclaje al pasado que a veces marca su nostálgico retorno o en otros casos este se contrapone a un presente que representa la comercialización y el despojo de la gloria. Además, el tema de la frustración del proyecto cultural y personal de algunos relatos es la puntada que encierra y refracta la intención general de una iniciativa social inmediata (signada desde el prólogo): salvar un símbolo literario y arquitectónico que será modificado y con esto enterrada la posibilidad de conservación cultural ante el avance comercial. En este sentido, estamos frente a relatos que en su mayoría no se sobreponen al golpe transnacional (la cadena de tiendas que tomará posesión del edificio), sino que han optado por escenificar, de distintas perspectivas, el momento de la amenaza.
Los cuentos que integran el libro se caracterizan por narraciones lineales, de mayor y menor extensión, con constantes alusiones al pasado o recreaciones que surgen de este. Dicho eje en común se identifica dentro de una profusión por reconstruir la historia de personajes que se vincularon con la edificación o con el grupo Colónida. No es casual encontrar así pasajes sobre un ilustrador de la revista o un conocido relacionado al grupo de bohemios, e incluso la figura de Valdelomar como un personaje, presente y sugerido, que se pasea en varias narraciones. De este modo, los relatos se pueden organizar en tres orientaciones: el Palais Concert como edificación que circunda una atmósfera de frustración; el Palais Concert como el detonante de un anhelo nostálgico del pasado; y el intercambio temporal entre pasado y presente traducido a esplendor y comercialización.
La primera orientación es ejemplificada con los relatos “De pinceles y versos” de Elena Marqués y “Los exiliados” de Eduardo Reyme (dos de los tres ganadores del concurso). En el primero, la autora presenta las dificultades que atraviesa el artista Germán Torres al recibir como encargo ilustrar la portada de la revista Colónida. La confrontación de la obra del artista a un requerimiento editorial, pero sobre todo, a la satisfacción egocéntrica de los Colónida dará como resultado el exagerado desplante que Percy Gibson hará de dicha obra, en medio de la concurrencia festiva del Palais Concert, como signo de disconformidad y escándalo. El cuento posee un logrado lenguaje artístico-plástico que contribuye a la valoración del trabajo realizado por Torres y la posterior frustración que experimenta tras la incomprensión de su obra, a esto se añade la reflexión final que vocifera el artista acusando la desunión de los artistas de una misma nación. En esta misma atmósfera se inscribe la propuesta de Eduardo Reyme. “Los exiliados” relata los sucesos que atraviesa un grupo de estudiantes universitarios en su búsqueda de un espacio sobre el cual instalar un lugar en común que los acoja y acoja a otros en sus trajines culturales. El Palais Concert se convierte en este refugio que es aprovechado a raíz de su abandono. La narración, que se sumerge en las anécdotas juveniles, toma un vuelco interesante cuando uno de los amigos, por los efectos del alcohol, se pierde en el tiempo y se encuentra con la época de esplendor del Palais Concert. Ahí establecerá una conversación con Abraham Valdelomar, quien desea desmitificar los mitos sobre su muerte, pero esto no llegará a buen puerto porque el joven es echado violentamente de la fiesta y de su ensoñación. Así como el relato anterior, Reyme también instala su cuento en la posibilidad trunca que más tarde se intensificará cuando los jóvenes son desalojados de la casona para su posterior remodelación con miras a un centro comercial. Ambos relatos participan de la incomprensión como clausura del proyecto personal y la negación de la posibilidad de recrear o recuperar el pasado a partir de un revestimiento romántico que anima sus escenas finales, un artista exaltado y deshecho apoderándose de la palabra para dirigirse a los literatos bohemios y los cinco amigos que disuelven sus lágrimas con la llovizna limeña.
En la segunda orientación se encuentran los cuentos “Mirando al Mar” de Henry Rueda y “El guardián de los recuerdos” de Harold Gastelú. En el primer cuento, Rueda relata una historia de amor inopinada ocurrida tiempo atrás en el Palais Concert. El ambiente de fiesta promueve el acercamiento entre “el viejo” y la quinceañera, personajes que inician su historia en ese edificio. El autor opta por caracterizar a su protagonista con un apelativo que acentúa su edad al mismo tiempo que lo convierte en un personaje estancado en el tiempo. Así la nostalgia pasadista de “el viejo” se evoca años después frente al mismo edificio “despellejado de su gloria” en el que se haya sin quinceañera y despojado de esplendor. Asimismo, en el relato de Harold Gastelú los recuerdos de la época de apogeo del Palais Concert se suceden uno tras otro enunciados durante una conversación que va escudriñando y recreando distintos pasajes relacionados a Valdelomar y al resto de los integrantes del grupo Colónida. En los relatos de Rueda y Gastelú el edificio emblemático se convierte en un símbolo que rememora una seguidilla de imágenes de una definida Belle époque dejando de lado el conflicto de la narración a favor de intensificar la nostalgia personal que se erige en los recuerdos.
La tercera orientación está integrada por la mayoría de cuentos de esta compilación “Gauloises” de Stuart Flores, “Amores prohibidos” de Francisco Gallardo y “Trapos de marca” de Arnold Francia. El relato de Stuart Flores (tercer ganador del concurso) transcurre en un escenario periodístico que violentará el artículo de opinión de Mathias Braun, un periodista a favor de la conservación del Palais Concert. El protagonista, que experimenta la presión moderna y complaciente de los medios, alterna su día a día con la figura del anciano que habita su biblioteca y que sugestivamente se reconoce como Abraham Valdelomar. Con la presencia fantasmal del dandy, el narrador contrapone dos realidades: el presente de una sociedad moderna que trastoca toda intención disímil y el pasado como una ventana a la difusión de la verdad. El anciano propone al periodista la publicación del artículo original en su revista mientras ambos reflexionan sobre la “joya” que en este “mundo” es despojada de fulgor, teniendo como trasfondo la música y la fanfarria del Palais Concert. De forma más radical, esplendor y comercialización, en dichos intercambios temporales, se plantean en los cuentos “Amores prohibidos” y “Trapos de marca”. En la primera narración se refiere el periplo de un joven que desea estudiar literatura a costa de la oposición del padre, pero que encuentra consuelo en la madre afecta a las letras a través de las obras de Valdelomar, Mariátegui y Vallejo. Luego de abandonar la casa paterna, el protagonista pasa sus días lidiando con la precariedad económica y sorteando bebidas en el Palais Concert, aquí las frases de la madre relacionadas al encanto del edificio escarban en los recuerdos del joven aligerando su pesadumbre. El Palais Concert no solo se llena de afecto materno para el protagonista, sino que simboliza el completo alejamiento del padre, que posteriormente llenará sus arcas representando el ímpetu comercial que termina aplastando a la madre. Por su parte, “Trapos de marca” cuenta la historia de Dan, un padre que premia a su hijo comprándole un pantalón de exclusiva marca en una tienda por departamentos. Mientras esto sucede, Mathias, el hijo de Dan, lee en casa El caballero Carmelo y se entera por la televisión sobre el autor de la obra y el destino del espacio cultural que lo albergó y al que identifica como la tienda de la que proviene el exclusivo pantalón.
A pesar del tiempo y la amenaza, la edificación narrativa se convierte en un resquicio sobre el que el Palais Concert no podrá ser fácilmente derruido, sino simbólicamente restablecido y reconstruido. En esta dirección, las propuestas que apostaron por las historias alternas sobre personajes de la dinámica literaria del edificio emblemático son importantes contribuciones al enriquecimiento de la lectura, sobre todo, al legado y a un justo derecho por no renunciar a su historia. Sin embargo, se encuentran también relatos de esta compilación que difícilmente logran sobreponerse en la ficción a este golpe transnacional e ilustran el momento preciso en el que la noticia entra como un trompicón derrumbando ahora los muros que albergan posibilidad alguna de salvar el Palais Concert. Esta construcción simbólica es interrumpida y trae consigo, en algunos relatos, la suspensión del conflicto narrativo para refugiarse en reminiscencias convirtiéndose en un anhelo oscuro del pasado. Aunque la crítica al sistema capitalista se encuentra en varios de los relatos, la lectura se abre camino (o sugiere silenciosamente) a preguntarse por el momento de la innegable estabilización del centro comercial y su posible demolición simbólica.
                                                                                                            Pamela Medina García