jueves, 6 de octubre de 2011


Danny E. Barrenechea León
Naufragios
Vivirsinenterarse

Un náufrago no sólo es un sujeto que después de haberse salvado de la mismísima muerte ha sobrevivido para contar su experiencia. También es una suerte de milagro consumado, de muerto venido a menos después de su expulsión del mismísimo infierno, de paria, de marginal. Alguna extraña relación podría encontrársele en estos tiempos a un náufrago y a un poeta, siendo ambos sujetos, seres que despiertan la extrañeza y la curiosidad en quienes los contemplan.
Es de saber que entre los griegos y los romanos que sobrevivían a algún naufragio era costumbre dibujar el accidente por el cual habían pasado para luego colgarse aquella imagen en el cuello e ir contando sus historias a las personas que llamadas por la compasión se acercaban a oírlas. El rito de agradecimiento por haber sobrevivido era mucho más curioso pues consistía en arrojar cabellos al mar, antes y/o después del naufragio para luego colgar los vestidos en algún templo de Neptuno con otra imagen a manera de homenaje. Esto no era de uso general, por supuesto, pues los que no tenían tanto dinero se conformaban en llevar un palo adornado con una banderola e iban por los pueblos contando sus desgracias, a lo mejor para llamar esa atención que siempre les fue esquiva. Sea como fuere, ese Modus Operandi podría tomarse simbólicamente como una forma de manipulación, el náufrago se siente con la capacidad de ser oído y reconocido, pide la palabra y se sirve de ella.
Llevada ahora esta alusión histórica al plano de la literatura podemos afirmar que la temática que nos propone Danny E. Barrenechea León con su ópera prima puede hasta leerse como una estratagema del autor por capturar al lector, “Naufragios” es en ese sentido un retrato que busca capturar la atención de sus lectores utilizando el discurso del sujeto que sobrevive un cataclismo personal y que deambula del campo a la ciudad siendo la ciudad el espacio de perversión y delirio del yo lírico, el pretexto perfecto para  poetizar el infierno personal del autor, deconstruirlo y reformularlo desde su propia orilla.
El naufragio como tema ha encandilado a poetas de todos los tiempos quienes han utilizado dicha perspectiva para armar desde el campo de la poesía o la narrativa su postura frente al arte y la vida y esta primera entrega de Danny Barrenechea León no es la excepción, en sus páginas hay una crítica al sistema y a la modernidad. Lo particular del naufragio parece decirnos es que no todos tienen o deben que ser iguales, cada naufragio es en su particular modo, original y auténtico. Así mismo, a través de las diversas situaciones en los que muta cada poema a lo largo de “Naufragios”, una voz con diversos matices emerge desde el inicio del poemario y va creciendo convirtiéndose en una tromba que arrasa todo a su paso, los poemas entonces toman un giro uniforme y pasan a ser largos ríos que arrasan con cuanto obstáculo se le ponga en frente, una pregunta que aparece intermitentemente es la madeja que nos guía por ese descenso personal del autor a sus propios miedos y es que el presente texto no solo es un poemario en el estricto sentido de la palabra también es un testimonio, un tributo a la literatura, a la música, un canto gozoso al fracaso, una venganza personal y hasta podría ser un mapa de recorrido personal, si su autor concreta y completa lo que con pinceladas se muestra en el presente texto como las piezas de engranaje de su obra. Arriesgado o no, “Naufragios” es un texto dialógico, el poema V de George en Galápagos, enamorado, finaliza con una firma desde el Café La Divina Pastora en Puerto Gris. A su vez con “Naufragios” Barrenechea muestra guiños a su narrativa, los tres naufragios del libro podrían leerse independientemente como una sola historia, texto curioso este que me hace recordar el libro de Nacho Vegas “Política de hechos consumados” como si en el fondo la sola intención del poemario fuera romper con las formas tradicionales de hacer poesía.
Los personajes son un tema aparte, en “Naufragios” tienen la particularidad de ser personas comunes y sencillas que han naufragado en esa dicotomía ciudad/campo. El personaje de Ramón en el poema Responso de un dolor que se despierta muy temprano es quizá el único en donde el tema del naufragio es contemplado desde una perspectiva diferente, el yo lírico asume la responsabilidad total y nos cuenta su historia, en los demás poemas, a diferencia del citado, los textos ya no son directos sino que mantienen un corte evocador, nostálgico, el yo lírico asume una sola postura y es en donde esa voz uniforme señalada líneas arriba va tomando cuerpo. Los personajes siguen siendo los mismos, pero ya no se escucha, por ejemplo a “Las cajeritas del supermercado” hablando a través del yo lírico, sino que es el “La voz” la que venga a estos personajes silenciados por la modernidad, esta fórmula se repite en el poema “En el centro mismo de Munich” y en el último naufragio titulado Naufragio en la ciudad como si el autor reafirmara toda su estrategia intentándonos decir con este texto que todos los personajes náufragos han sido él mismo con diferentes máscaras.
El concepto del náufrago se cierra desde el punto de la manipulación y es ese poder de control que queda de manifiesto al terminar su lectura.  
Danny E. Barrenechea León nos ha entregado “Naufragios” como si ese texto hubiera viajado dentro de una botella por años, como si todo lo vivido no hubiera sido tan solo una simple anécdota justificable, una excusa, un hecho fundamental, ha hecho ese largo viaje interior y ese salto significativo, ha dejado de ser sólo el tipo que paga la cuenta para convertirse en George en Galápagos, enamorado, ese ser que anda buscando a tientas y en silencio un motivo nuevo para seguir.
Finalmente, si he de quedarme con una imagen de “Naufragios” es esa cuando hablando de la familia y sus padres el autor señala: “Ellos ya hicieron lo suficiente con nacer, con darnos de comer y ponernos en el camino correcto hacia la muerte”. Creo que en el caso de Danny Barrenechea León, a él sus padres lo pusieron en el camino correcto de la poesía. (Eduardo Reyme Wendell)                                                                                                           

domingo, 2 de octubre de 2011

POEMA DE DANNY E. BARRENECHEA LEÓN


Los amigos de la revista "Literalgia" han elaborado este video donde Danny E. Barrenechea León lee uno de los poemas que leerá el día 5 de octubre en Albazos (Berlín 172. Miraflores)
La presentación será a las 8:30pm y estará a cargo de: 

* Sandra Granados
* Eduardo Reyme Wendell 

Los esperamos.

lunes, 15 de agosto de 2011

"Naufragios" de Danny E. Barrenechea León



Danny E. Barrenechea León traza con su ópera prima un recorrido por las viejas calles del Centro de Lima, el escenario de las vicisitudes de un poeta náufrago, quien se divide para poetizar la modernidad de una ciudad caótica y excluyente. Su lenguaje narrativo y coloquial va describiendo el periplo de un náufrago. Ésta su nave, que es la poesía, nos va llevando de una ribera a otra, reflexionando la soledad desde la marginalidad como los poetas de los años 70s, pero sin el vitalismo ni el parricidio de entonces. El trote pausado y equilibrado de sus versos lo empapa con el argot de la calle, la visión de un provinciano que no le da tregua a los sucesos amorosos y vivenciales. Así nos lo hace saber su alter ego cuando nos cuenta la precariedad en que vive y nos va sumergiendo en la rutina de un hombre melancólico, en donde el amor, el desamor y el fracaso van de la mano sin dejarnos respirar un solo instante, dando homenaje a Julio Ramón Ribeyro y a su diario personal “La tentación del fracaso”: “¿Por qué estaré tan decepcionado? Sin dinero, sin éxito, sin amores, mis días van cayendo como las hojas secas de un árbol”.
Así es el poeta, sale de un puerto, sale del útero de la madre pero conforme avanza se le va cayendo todo, vestiduras y etiquetas, hasta quedarse desnudo en el absurdo. Zarpa de alguna parte pero nunca llega. Lo que sí llega a buen puerto es esta buena poesía. Y eso es suficiente para no fracasar en el intento. (Domingo de Ramos)